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Crónica:Séptima jornada de Liga

Juega el Getafe, golea el Mallorca

Los de Manzano, superados en todo, no se impacientan

El Mallorca más solvente de los últimos años no necesita el balón para sentirse cómodo. Juega simplemente a lo que sabe. Si, como ayer, se ve superado en toque y estilo por su rival, no se impacienta. Los murmullos de la afición no le afectan: se agazapa y aguarda su momento. Y por ahora le está saliendo de maravilla.

En la primera media hora de partido, el equipo de Manzano recibió un auténtico baño del Getafe. Míchel ha inculcado a los suyos la filosofía del buen gusto. Sus discípulos tratan el balón con mimo. Lo mueven con criterio y mucho peligro. Sus problemas comienzan a la hora de armar la defensa.

Tras someter de inicio al Mallorca con una exhibición de juego, los azulones sucumbieron por una jugada mal resuelta en el área. Cata Díaz despejó al palo y el rebote lo aprovechó Julio Álvarez. Una vez más, el Mallorca hizo daño en su primer amago de ocasión. A partir de entonces, el desarrollo del partido se ajustó al viejo tópico que reza que quien perdona lo acaba pagando. Impulsado por Parejo y Gavilán, Soldado se plantó dos veces en solitario ante Aouate, pero malogró ambas oportunidades.

MALLORCA 3 - GETAFE 1

Mallorca: Aouate; Josemi, Nunes, Ramis, Ayoze; J. Álvarez, M. Suárez, Borja Valero (Pezzolano, m. 87), Castro; Víctor (Keita, m. 81) y Aduriz (Martí, m. 74). No utilizados: Lux; Mattioni, Rubén y Varela.

Getafe: Ustari; M. Torres, Cata, Rafa, Mané; Parejo (Boateng, m. 75), Celestini (Casquero, m. 70), Adrián; Gavilán (Manu, m. 64), Albín y Soldado. No utilizados: Codina; Contra, Mario y Pedro Ríos.

Goles: 1-0. M. 31. J. Álvarez. 2-0. M. 52. Aduriz. 3-0. M. 69. Aduriz. 3-1. M. 78. Albín.

Árbitro: Álvarez Izquierdo. Amonestó a Celestini, Adrián, Mario Suárez, Parejo, Víctor y Ramis.

Unos 15.000 espectadores en el Ono Estadi.

Con ventaja, el Mallorca se vio en el mejor de los escenarios posibles. Siguió a lo suyo, feliz ante las repetidas opciones de exprimir el contragolpe y capaz incluso de convertir en gol una falta botada desde el área propia. Mientras Míchel trataba de reparar la avería con una serie de cambios ofensivos, una galopada de Gonzalo Castro por la derecha volvió a dejar a Aduriz solo ante un impotente Ustari. El Getafe, que venía de protestar un penalti, bajó definitivamente los brazos. Un trallazo de Albín, de libre directo, maquilló el resultado.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 19 de octubre de 2009