El Sevilla no pudo acercarse a la segunda plaza ni aprovechar el empate del Madrid en Gijón al cosechar un empate ante el Espanyol. Los dos equipos aprovecharon la ocasión para homenajear a los fallecidos Puerta (en el m. 16, el dorsal que llevaba a la espalda) y Jarque (m. 21). El conjunto de Manolo Jiménez notó las ausencias de peso de Luis Fabiano y Kanouté y no supo sobreponerse a la gran actuación de Kameni. El guardameta camerunés del Espanyol estuvo inconmensurable ante el aluvión de ocasiones de las que dispuso el Sevilla. En especial, en el tramo final del encuentro, donde los locales jugaron con superioridad numérica por la expulsión de Pareja.
El retorno a la cotidiano después del tercer éxito en la Liga de Campeones llegó con ausencias tan importantes como inesperadas. Conocidas las lesiones de Palop, Adriano, Fazio y Acosta, el Sevilla se encontró además en el entrenamiento matinal con las bajas de Luis Fabiano, Kanouté y Dragutinovic. Especialmente significativas la de los dos delanteros. Si una contractura en el sóleo inhabilitó a Kanouté, un proceso gripal dejó fuera de concurso a Luis Fabiano.
Una nueva prueba de fuego para comprobar la profundidad de una plantilla que se las tuvo que ver con un Espanyol en plena racha, sin conocer la derrota en los últimos cinco partidos. Con tanta lesión en la zona de vanguardia, Jiménez optó por recuperar una fórmula muy de su gusto, este año olvidada por la abundancia de buenos delanteros. Negrego actuó como único punta y el centro del campo se reforzó con Duscher, Zokora y Renato, éste casi como segundo punta. La nueva disposición táctica no podía ocultar que el arma más potente del Sevilla se encuentra en las bandas, pero ni así tumbó al Espanyol. Por más que lo intentó Capel, el aluvión no tuvo fruto.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 25 de octubre de 2009