La manía de comentar los debates parlamentarios señalando quién ganó y quién perdió sólo puede ocurrir en un país obsesionado con el deporte. Así, con este espíritu deportivo, resulta que el último debate sobre los Presupuestos, se dijo una y otra vez, lo perdió la señora ministra Salgado y lo ganó el señor Rajoy.
Sin embargo, los presupuestos de la ministra fueron aprobados y las propuestas de Mariano Rajoy, rechazadas. Ya me gustaría a mí perder como la ministra todos los días.
Por si ello fuese poco, resulta que cuando la ministra le replica que "es usted previsible" -una de las respuestas más lúcidas y educadamente irónicas que he oído en nuestro Parlamento-, se comenta que puso en bandeja la victoria al señor Rajoy, pues éste lo admitió como si fuese una virtud y cuanto más lo repetía, más veía yo en él un personaje ridículo: Mariano Rajoy confundió ser previsible (persona cuyas reacciones se adivinan) con ser previsor (persona que ve con anticipación lo que va a ocurrir).
Resultado, pues, en mi opinión, del debate: Salgado, 2; Rajoy, 0.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 26 de octubre de 2009