El último incidente sufrido por la central nuclear de Cofrentes llevó ayer a ecologistas y partidos de izquierda a redoblar sus exigencias de que se establezca un calendario de cierre de la instalación de Iberdrola. La central comunicó el domingo una prealerta de cuatro minutos al abrirse una de las 16 válvulas de alivio que controlan la presión en el reactor. Cofrentes funcionaba ayer al 80% de su capacidad mientras se analiza la incidencia, que el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) clasificó de nivel O, sin incidencia en personas ni medio ambiente.
Es la "cuarta prealerta en la central en sólo 18 meses" por un problema en las válvulas de alivio -Cofrentes afirma que se han cambiado todas en la última recarga de combustible-, denunció la diputada de Compromís Mireia Mollà, quien exigió la comparecencia del director de Cofrentes en las Cortes. El diputado de EU Lluís Torró pidió también al Consell que se cierre la central al considerar que el incidente "corrobora el peligro" de la instalación. Por su parte, Carles Arnal, portavoz de Els Verds, consideró demostrado que la central está "obsoleta" y madura para el cierre.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 27 de octubre de 2009