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Las artistas de Amal rechazan los clichés sobre la mujer árabe

"El hiyab de las occidentales es la talla 38", explican

"Aquí estamos, tres mujeres árabes que rompemos con ese cliché de la mujer con velo, que no trabaja, que no puede ser artista y que está a la sombra del hombre". Así simplificó Farah Hammed el encuentro que tuvo ayer lugar entre tres mujeres que han desempeñado un papel importante en la última edición del Festival de Cine Euro-árabe Amal, que se clausurará mañana en Santiago.

Farah, la única actriz de origen árabe que ha optado a un Goya, es miembro del jurado del certamen, que este año ha mostrado una fuerte presencia femenina, tanto en los temas como entre sus protagonistas. Junto a ella se sentaron ayer Maryam Juma, la joven directora jordana del corto documental La mujer policía, y Suheir Hammad, poetisa y activista estadounidense de origen palestino que se estrena como actiz en La sal de este mar, primera película escrita y rodada por una palestina.

Las tres coinciden en que los clichés mencionados por Farah perviven en Occidente debido al desconocimiento. Se hace hincapié en que "queda mucho por hacer" por la liberación de la mujer árabe, como señala Maryam, pero se ignora que en Estados Unidos la mayoría de los movimientos activistas árabes están encabezados por mujeres. Incluso en Palestina "son ellas las que tiran de una sociedad en la que muchos hombres están en el ejército o en la cárcel", cuenta Saheir. Son muchas las mujeres que promueven el cambio sin reconocimiento social u oficial, mientras que a ellas, al hacerlo de un modo más público, se las considera activistas.

Consciente de esto, Maryam está determinada a rodar más documentales que permitan comprender otros estilos de vida femeninos, incluso los que, por extremos, no acaba de entender. "Coincidí en un restaurante con una mujer a la que sólo se le veían los ojos y no podía dejar de mirarla, preguntándome ¿cómo va a comer? En cierto modo la estaba juzgando", recuerda.

Siguiendo esta línea, Farah señaló que las comparaciones entre culturas funcionan en ambos sentidos y citó a la escritora Fátima Mernissi, quien dijo que "el hiyab (velo) de la mujer occidental es la talla 38".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 30 de octubre de 2009