Es uno de los benditos fenómenos con que de vez en cuando nos regala los sentidos el teatro argentino. Hecho con pocos, poquísimos, recursos y con mucho, muchísimo, talento. Y claro, un buen puñado de actores y un texto que nos sumerge en una noria emocional que nos pasea de la risa al vértigo..., el que produce un espejo delator de las propias miserias.
Así es el teatro del joven Claudio Tolcachir que llega al teatro Español con su segundo texto: Tercer cuerpo. Poco tiene que ver con su impresionante La omisión de la familia Coleman, aunque vuelve a interrogarse sobre lo fundamental: la soledad, el ser humano, la vejez... Un paseo por el mundo urbano, el humor y la congoja, de la mano de cinco personajes, cinco perdedores con algo de funcionarios, que viven situaciones para las que no están preparados.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 1 de noviembre de 2009