Afganistán se hundió ayer un poco más en el caos. La retirada del principal rival del presidente Hamid Karzai, Abdulá Abdulá, llevó a la Comisión Electoral Independiente a anular la segunda vuelta de las elecciones, prevista para el sábado, y proclamar al primer presidente por cinco años más. Su continuidad, tras haberse probado la existencia de un fraude masivo en las elecciones del 20 de agosto, sitúa al país en un limbo político y complica aún más los planes afganos del presidente Obama.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 3 de noviembre de 2009