El Palau de les Arts Reina Sofía presenta a partir de mañana durante tres días un espectáculo excepcional y brillante. Excepcional, porque el ruso Valeri Gergiev, director del Teatro Marinski de San Petersburgo no suele dirigir la Orquesta del Ballet de tan prestigiosa casa. Y brillante por tres motivos: la calidad de las obras, la fama de las coreografías y el lujo del reparto.
Los días 9, 10 y 11, el Ballet del Teatro Marinski, cuya historia viaja en paralelo a la de la danza rusa, presenta en el coliseo de Calatrava un programa que rinde homenaje al revolucionario coreógrafo y bailarín Mijail Fokín, con las creaciones que ideó para Chopiniana, orquestada por Glazunov a partir de la suite de Chopin; El pájaro de fuego, de Stravinski; y Scheherazade, de Rimski Kórsakov. En el reparto destaca Uliana Lopatkina, primera bailarina del Marinski desde 1995, y otras estrellas de este ballet, como Irma Nioradze y Antón Korsakov. Y como solista invitado, el cubano Carlos Acosta.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 8 de noviembre de 2009