Como investigadores del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT) estamos seriamente preocupados por el recorte del 26% previsto en el proyecto de Presupuesto de 2010. Creemos estar haciendo una labor valiosa para la sociedad mediante el desarrollo de tecnologías energéticas limpias, entre otros muchos proyectos tecnológicos o medioambientales, y creemos también haber contribuido a establecer el papel de liderazgo que tiene nuestro país en el campo de las energías renovables, en línea con las prioridades marcadas por el Gobierno.
Nuestro centro es hoy referencia nacional e internacional en las actividades de I+D relacionadas con la energía. Sin embargo, en el contexto del grave recorte en los Presupuestos de todos los organismos públicos de investigación, ha sido el CIEMAT uno de los más castigados. Y no acertamos a entender el motivo.
Se oye que ya se arbitrarán soluciones, con proyectos o programas a lo largo del año que viene, pero una solución de este tipo no puede solucionar los problemas de funcionamiento estructural del centro, que se verá severamente afectado, y nos pone en la tesitura de que este presupuesto insuficiente sea la referencia en los años próximos, lo que nos aboca a un largo periodo de penurias.
Quizá exista todavía la posibilidad de evitar el daño, por lo que hacemos un llamamiento a nuestros representantes parlamentarios para que, durante el debate presupuestario, se pregunten si es razonable permitir un deterioro de este calibre a nuestra actividad y nuestro prestigio como país en sectores como la energía.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 9 de noviembre de 2009