Parece ser que Zapatero y Rajoy sólo se ponen de acuerdo en nombramientos que a muchos ciudadanos sorprenden y a bastantes nos incomodan. Recordemos el nombramiento de Carlos Dívar para presidir el CGPJ, cuyo perfil conservador y extremadamente religioso poco o nada agrada a los unos, aunque mucho a los otros. Ahora, en pleno rifirrafe entre PSOE y PP por la crisis, la trama Gürtel, las denuncias recíprocas en Valencia por financiación ilegal y en Madrid contra el sistema de telecomunicaciones Sitel, y sin olvidar otros conflictos entre los dos partidos, como la vergonzosa negativa del Parlamento valenciano a dar el acta de senadora a Leire Pajín, resulta que ambos políticos acuerdan el nombramiento de Alberto Oliart para dirigir RTVE.
Que una persona sin referencias en el mundo audiovisual sea nombrada para un puesto de tanta responsabilidad da mucho que hablar, pero si contamos que tiene 81 años y que RTVE ha prejubilado a miles de profesionales a partir de los 52, no podemos por menos que decir que es una curiosa contradicción, y mucho más habiendo más de cuatro millones de parados menores de 65.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 13 de noviembre de 2009