Algunos partidos políticos se han quejado del trato vejatorio recibido por unos militantes de dichos partidos, acusados de haber desviado ingentes cantidades de dinero de los ciudadanos hacia sus bolsillos particulares. Dicho trato choca frontalmente con la exquisita elegancia de esos señores a la hora de, presuntamente, meter la mano en la caja.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 13 de noviembre de 2009