Llevan sólo una semana y un día ya tuvieron que rechazar reservas. Eso cuenta Benjamín Darmendrail, un joven empresario francés que ha puesto en marcha Moto-city. El negocio, pensado sobre todo para ejecutivos y empresarios, es una especie de taxi unipersonal, al que se llama por teléfono, que ya ha recibido las críticas de la Confederación del Taxi de España (CTE), que los tachó de ilegales. El servicio incluye casco y la posibilidad de llevar maletín o una pequeña bolsa. ¿Quién dijo atasco?
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 15 de noviembre de 2009