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Urkullu limita a Álava el alcance de la ruptura con Aralar

EA vuelve a animar a su socio a reconducir la crisis foral

El presidente del PNV, Iñigo Urkullu, defendió ayer que la ruptura entre su partido y Aralar en la Diputación alavesa no tiene por qué afectar a la relación entre ambas formaciones en ningún otro lugar. Urkullu recalcó este planetamiento al día siguiente de que el diputado general alavés, el peneuvista Xabier Agirre, destituyese al responsable de Juventud y Promoción Social, Javier Aspuru, único representante de Aralar en su Gobierno, por no aprobar los presupuestos forales para 2010.

El líder peneuvista, quien participó en un acto en Bilbao, reafirmó que por parte de su formación "no hay ninguna intención de romper" con Aralar y aseguró que lo sucedido en la Diputación alavesa se limita a este territorio.

Mientras, el parlamentario de Aralar Mikel Basabe declaró que el desencuentro en Álava "no debería afectar para nada a la coalición" Nafarroa Bai, en la que coinciden ambas formaciones.

Basabe insistió, como ya había hecho su partido el viernes, en que el presupuesto alavés ya había sido pactado por el PNV y el PSE antes de que Aralar lo conociese. El portavoz parlamentario del PMNV, Joseba Egibar, negó este extremo en Radio Euskadi y recalcó que "no ha habido una negociación con el partido socialista al margen del equipo de gobierno" de Agirre. Egibar añadió que Aralar "no ha interpretado correctamente" el acuerdo de estabilidad alcanzado entre el PNV y el PSE que facilitará la aprobación de las cuentas para 2010 en las tres diputaciones.

Pello Urizar, presidente de Eusko Alkartasuna, el otro socio del ya finiquitado tripartito alavés nacionalista, consideró la decisión un error, calificativo que ya empleó su partido en el comunicado con el que el viernes recibió la destitución de Aspuru, y emplazó al PNV a enmendarlo. "Hay que hacer todo el esfuerzo posible para reconsiderar la situación y volver a la anterior", sostuvo.

Urizar abogó además por la unión de los nacionalistas para "hacer frente a las fuerzas constitucionalistas que tienen como objetivo acaparar las instituciones vascas", en referencia al PP y el PSE-EE.

EA dejó las puertas abiertas, bajo la premisa de seguir unas líneas de trabajo "exclusivamente pacíficas y políticas", a la izquierda abertzale radical. También tendió su mano al partido escindido de su formación, Hamaikabat, aunque matizó que aún hay aspectos internos por negociar.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 15 de noviembre de 2009