El paro es una de las mayores preocupaciones de los españoles, pero para algunos es en estos momentos la única esperanza que tenemos para poder cobrar puntualmente. Es lo que pasa cuando la empresa te deja de pagar el salario, y cuando te paga, lo hace con meses de retraso. Esto te lleva a un endeudamiento imposible de asumir.
El culpable de esto es, además de los empresarios que no cumplen con sus obligaciones, la lentitud de la justicia y la ineficacia de los organismos que la Administración tiene para hacer cumplir la ley. Unos juzgados que tardan muchos meses en ver las reclamaciones de cantidades (en mi caso, nueve) y una Inspección de Trabajo blanda y permisiva ante los empresarios en estos casos, dejan a los trabajadores en la total indefensión. Ante esta situación, sólo te queda elegir entre seguir cobrando con meses de retraso y hundiéndote en la miseria, o solicitar a un juez que te mande al paro para poder cobrar puntualmente y escapar del infierno. Yo llevo seis meses esperando.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 17 de noviembre de 2009