El aeropuerto de Hondarribia mantendrá en el futuro el mismo funcionamiento que en la actualidad. No sufrirá recortes en el número de operaciones diarias, pero tampoco se aumentarán los vuelos. Representantes de los gobiernos francés y español celebraron ayer en San Sebastián una reunión monográfica sobre el aeródromo guipuzcoano tras las protestas del alcalde de Hendaya, el independiente Jean-Baptiste Sallaberry, quien antes de este encuentro se mostró incluso dispuesto a ir a los tribunales si seguían incumpliéndose los acuerdos firmados por estos dos países en 1992 sobre el límite de 24 vuelos al día permitidos en Hondarribia.
A la reunión asistieron el delegado del Gobierno en el País Vasco, Mikel Cabieces, representantes del Ministerio de Fomento y AENA, así como el consejero de Transportes, Iñaki Arriola, la diputada de Movilidad, Arantza Tapia, y los alcaldes de Irún y Hondarribia, José Antonio Santano y Aitor Kerejeta, respectivamente. Por la parte francesa acudieron el diputado nacional por Biarritz Daniel Poulou, el prefecto de Pau, Phillipe Rey, y el subprefecto de Bayona, Eric Morvan, además del alcalde de Hendaya.
Ampliación
La representación española aclaró en la cita de ayer que "no se superan las 24 operaciones comerciales diarias", salvo de manera "excepcional y poco significativa" en menos de un 6% de los días de 2008. En todo caso, argumentaron que las aeronaves producen un ruido inferior "en más de dos terceras partes" al que refiere el convenio francoespañol. "La incidencia del ruido ha disminuido radicalmente con respecto a 1992", según informó al término de la reunión la Delegación del Gobierno.
El alcalde de Hendaya se mostró "muy satisfecho" con el resultado del encuentro y destacó la "firmeza" con que los representantes de su país defendieron el cumplimiento del límite de vuelos. Poulou manifestó que Francia "hará respetar los acuerdos" de 1992.
En la reunión, que se prolongó durante casi tres horas y comenzó con "algo de tensión", también se abordó la ampliación de la pista y se acordó que Francia tome parte en los informes de impacto ambiental que deberá superar dicho proyecto y en "la adopción de futuras decisiones relacionadas con el desarrollo del aeropuerto".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 17 de noviembre de 2009