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Cubierta del 'Alakrana' / MINISTERIO DE DEFENSA
Poco antes de las dos de la tarde de ayer, un esquife con cinco piratas, los últimos que quedaban a bordo del atunero Alakrana, abandonó el barco. Se ponía fin así a un secuestro de 47 días y recobraban su libertad los 36 tripulantes (entre ellos, 16 españoles) del pesquero vasco.
"La primera obligación de un Gobierno es salvar la vida de sus compatriotas". Con estas palabras justificó el presidente José Luis Rodríguez Zapatero su gestión del secuestro del Alakrana. El ministro de Justicia, Francisco Caamaño, dijo anoche que "España, como tal país, no paga rescates". Pero el armador del atunero sí lo ha hecho. Y el Gobierno, como reconoció Zapatero, "colaboró con el armador". "El Gobierno ha hecho lo que tenía que hacer", insistió.
Bermeo celebra la noticia y los marineros agradecen la actuación de sus esposas
Las familias gallegas esperan impacientes a los suyos
Hoy termina la tregua política sobre el caso Alakrana. El PP y el PNV anunciaron ayer que, una vez celebrada la liberación de los pescadores, llega el momento de lanzar la ofensiva para exigir responsabilidades e información al Gobierno.
El drama llegó al buque tras el desembarco de tres secuestrados el pasado día 5 - La Audiencia y el Gobierno se enzarzaron a cuenta de los dos piratas detenidos
Los familiares de los marineros vascos que permanecían secuestrados hasta ayer por los piratas somalíes celebraron la liberación y retiraron del balcón del Ayuntamiento de Bermeo (Vizcaya) la pancarta en la que reclamaban la vuelta a casa de los suyos sanos y salvos, así como el cartel en el que iban contando los días que permanecían retenidos.
Un edil de Alcoy enseña en ropa interior a amas de casa cómo huir de un violador
La activista saharaui Aminatu Haidar, de 42 años, que lleva desde la madrugada del lunes en huelga de hambre en la terminal del aeropuerto de Lanzarote tras impedirle el Gobierno volver a El Aaiún, tendrá hoy que acudir a un juicio de faltas, acusada de alteración del orden público y allanamiento de morada.
El guarda forestal Santiago Mainar confesó voluntariamente en 2007 que había matado al alcalde de Fago, Miguel Grima, y esa declaración, en la que se inculpó del asesinato, fue "seria y sincera". Así lo aseguró ayer en la Audiencia Provincial de Huesca José Villalón, el comandante de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que dirigió ese interrogatorio 20 días después del crimen.
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