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Washington admite que Guántanamo no se cerrará en enero

Obama confía en poner fin a la guerra de Afganistán con su nueva estrategia

Washington

Por primera vez, y a poco más de dos meses para que concluya el plazo impuesto por él mismo, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, reconoció ayer que Guantánamo no podrá cerrarse en enero. "Sabía que sería difícil", admitió. Tras semanas de especulaciones sobre la imposibilidad de que el centro de detención en la base naval militar cubana quedase vacío de presuntos terroristas para el 22 de enero de 2010, la admisión de que esa fecha es una misión imposible ha llegado por boca de Obama, que reconoce que en Washington los asuntos llevan sus propios tiempos.

El presidente dijo no estar decepcionado con no poder cumplir su promesa (efectuada en su segundo día en el cargo) y no ofreció otra fecha alternativa. Lo más lejos que llegó fue al admitir que se estaba "en un proceso que suponía el cierre de Guantánamo el año que viene". "No voy a marcar una fecha exacta porque la solución depende en gran medida de la cooperación del Congreso", explicó el presidente durante una entrevista concedida en Pekín (penúltima escala de su gira asiática) a Fox News, puntal televisivo de los sectores más conservadores.

La Administración de Obama está encontrando mucha oposición en el Capitolio a sus planes de trasladar a los presos de Guantánamo a EE UU. La semana pasada, la Casa Blanca anunció que cinco reos encerrados en la base —entre ellos el cerebro de los ataques del 11-S, Jalid Sheij Mohamed— serán juzgados por un tribunal federal, a pocas manzanas de donde se erigían las Torres Gemelas.

Preguntado sobre Afganistán, Obama dijo que espera que la estrategia que está diseñando para ese país sea el principio del fin de la guerra y que su objetivo último es que el conflicto no lo tenga que heredar el próximo presidente de Estados Unidos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 19 de noviembre de 2009