El Congreso de los Diputados publicó ayer por primera vez las actividades privadas de los parlamentarios en la página web de la Cámara baja. Hasta ahora estas actividades eran secretas y los dictámenes se votaban tradicionalmente a puerta cerrada. Sin embargo, el pasado mes de marzo se publicaron dos dictámenes que había aprobado el pleno, lo que provocó que el presidente del Congreso, José Bono, decidiera promover la reforma del reglamento sobre el sistema de incompatibilidades.
El presidente de la Comisión del Estatuto del Diputado, el socialista Francesc Vallès, logró el acuerdo de todos los grupos para que el informe deje de ser secreto y la votación sea pública. El jueves se aprobará el primer dictamen público que ayer se colgó en la web.
El informe que este diario publicó el pasado marzo, reveló que casi las tres cuartas partes de los diputados (250 sobre un total de 350) cobran dinero al margen de su retribución del Congreso, según habían declarado ellos mismos en dos dictámenes secretos. La opacidad sobre este asunto había tejido un manto de sospecha sobre la procedencia del dinero que ingresan los parlamentarios.
Los informes diferenciaban entre actividades privadas y públicas. Entre estas últimas, se incluyen los cargos orgánicos en los partidos, la pertenencia a patronatos de fundaciones o los cargos en los ayuntamientos. Las actividades privadas declaradas pueden ser remuneradas o no. La inmensa mayoría son conferencias, tertulias en medios de comunicación, publicación de libros y clases en la Universidad. El consenso existente en este asunto tiende a considerar que todas ellas son extensiones de las funciones parlamentarias. Sólo deben renunciar a cobrar quienes colaboran con medios de comunicación públicos, porque una de las pocas limitaciones que les impone la Ley Electoral consiste en que los diputados no pueden recibir dinero público ajeno a la Cámara, con la única excepción de la Universidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 24 de noviembre de 2009