El último horno de la fábrica de botellas de Jerez se apaga este mediodía tras 114 años de actividad. Casi tres meses después de que la multinacional francesa Saint Gobain Vicasa anunciara a los trabajadores la clausura "irrevocable" de la planta "por sus altos costes de producción" el negocio del vidrio en la ciudad vinatera se extingue.
El cerrojazo no deja despidos forzosos, pero sí la pérdida de una de las escasas factorías que queda en la ciudad, con sólo un 6% de actividad industrial, según los sindicatos.
De los 114 trabajadores de base, 44 serán prejubilados; 28 migrarán al centro de producción de Vicasa en la localidad sevillana de Alcalá de Guadaíra, que ampliará su actividad con un horno más en 2010; mientras que los 40 restantes serán colocados en un nuevo centro logístico que la marca internacional reubicará en las mismas instalaciones que ahora clausura.
El anunciado Centro de Servicios Técnicos Saint Gobain Jerez abrirá en enero de 2010 para dedicarse al almacenaje, la reparación de maquinaria relacionada con el vidrio y la producción de fundas de botellas. Los sindicatos celebran las condiciones del ERE extintivo, pero subrayan que el cese de actividad deja en la estacada a 150 trabajadores de la industria auxiliar. Horas antes de la clausura quedaba muy poco ánimo entre la plantilla: "Hemos batallado hasta donde el aliento nos ha acompañado. Se llevan algo de Jerez que es irreparable. Es la historia de Jerez", exclamaba Antonio Alba, presidente del comité de empresa y trabajador de la fábrica desde hace 43 años.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 26 de noviembre de 2009