La oposición municipal podrá ver los informes que encargue el Ayuntamiento de Barcelona sin las cortapisas que quería imponer el equipo de gobierno que lidera Jordi Hereu. Concretamente no se exigirá que la documentación "deba ser consultada en una sala determinada sin que se puedan hacer fotocopias" ni "confidencialidad" de la información obtenida a los ediles. Esas dos condiciones se planteaban, de entrada, en la proposición que defendían los socialistas en el pleno municipal de ayer. Para tener el respaldo de ERC tuvieron que eliminarlas. Finalmente, lo que se aprobó, en síntesis, es que se creará un registro público de informes en formato electrónico en el que constará la fecha de adjudicación, el objeto del proyecto, el precio y la empresa adjudicataria. En cuanto al contenido, la oposición los podrá revisar "como mínimo una vez al año durante un mes".
Ni CiU ni el PP respaldaron la proposición por entender que era un "engaño". "En el anterior mandato municipal no había ningún problema ni condiciones para ver el contenido de los informes. Y eso es lo que exigimos", señaló Antoni Vives (CiU). "La normalidad es volver a la libertad en la consulta", abundó Alberto Fernández Díaz (PP).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 28 de noviembre de 2009