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20 años de cárcel para un hombre que quemó a su novia

El acusado le provocó "una muerte torturante y brutal", según el fallo

Constantin Vamanu, rumano de 23 años, deberá pasar 20 años en prisión. Así lo ha decidido la sección 27ª de la Audiencia Provincial de Madrid, que le acusa de quemar a su novia, Alexandra Brezeanu, de 21 años, el 22 de enero de 2008. El fallo le impone la pena máxima por asesinato al considerar que Vamanu le provocó "una muerte especialmente torturante y despiadada, causante de un padecimiento extremo para la víctima". Contra el fallo cabe recurso ante el Tribunal Superior de Justicia.

El crimen ocurrió en Alcalá de Henares, donde vivía la pareja. Según el fallo, Vamanu fue con su coche a una gasolinera de la Vía Complutense y compró 4,5 litros de gasolina. Después recogió a su novia y la trasladó a un descampado en las afueras de la ciudad, en el Camino Viejo de Camarma. Allí la roció con la gasolina y la prendió fuego. Le causó quemaduras de cuarto grado en el 50% del cuerpo, en especial en el tronco y en la cabeza. La mujer murió carbonizada. "El acusado pretendía asegurarse de producir la muerte de Alexandra y evitar la posible reacción defensiva de ella o de terceras personas que pudieran auxiliarla", mantiene la sentencia, cuya ponente ha sido la juez María Tardón.

Constantin compró cuatro litros de gasolina y roció con ella a su víctima

El fallo tiene en cuenta la agravante de parentesco, ya que ambos eran pareja desde hacía tres meses, y la atenuante de confesión ante la autoridad, ya que el hombre llamó al teléfono de Emergencias 112. También relató lo que había hecho a los policías que fueron al descampado, y les dijo dónde se deshizo de la cazadora que llevaba, que resultó quemada cuando prendió con un mechero la gasolina vertida sobre la víctima.

El tribunal justifica la pena máxima por el sufrimiento causado a la víctima, que califica como verdaderamente brutal: "Su estrategia criminal, su preparación, el modo de su ejecución y el permanecer dando vueltas alrededor del fuego, viendo arder a su víctima, revelan en el acusado un extremado grado de crueldad, de perversidad y de ausencia para sentir ni el menor atisbo de compasión o piedad hacia la víctima, a la que no duda en infligir tan graves sufrimientos", concluye la sentencia. Ésta incluye indemnizaciones de 120.000 y 80.000 euros para el padre y la hermana de la víctima.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 28 de noviembre de 2009