Leo que Emiratos Árabes Unidos, a causa de la vergonzante experiencia de Dubai, puede ir a la quiebra. Leo que la banca española invirtió mucho en ese sistema esclavista que ahora se derrumba. La misma banca que abrazó las ayudas estatales que le brindó nuestro Gobierno. La misma banca que niega créditos a los españoles, la que pide recortes sociales, financió inversiones ruinosas en la quimera denigrante de Dubai.
Parece ser que hacer negocios con la inmundicia mundial es legal. Es algo que no se entiende, pues del mismo modo que se castiga a quien practica la pedofilia en un país asiático, habría que perseguir los negocios españoles basados en la explotación, allá donde se produzca.
Pero si, además, con ello arrastran nuestros ahorros y nuestro sistema financiero deben exigirse a sus ejecutivos las responsabilidades que correspondan, incluidas las penales.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 28 de noviembre de 2009