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Necrológica:

Ali Kordan, el ministro iraní de los diplomas falsos

Aliado de Ahmadineyad, sólo fue su ministro del Interior durante 90 días

Ali Kordan, uno de los más fieles aliados del presidente Mahmud Ahmadineyad, falleció en Teherán el pasado domingo 22, con apenas 51 años. Una hemorragia cerebral con complicaciones gripales y múltiples mielomas acabaron con la azarosa vida del ministro del Interior que pretendió ser doctor en Derecho.

Pocos se acuerdan ya en Irán de su paso por la Guardia Revolucionaria, de sus responsabilidades al frente de la radiotelevisión estatal, de sus etapas como viceministro de Orientación Islámica o de Petróleo. Si se pregunta a cualquier iraní de a pie, Kordan se asocia al escándalo mayúsculo que supuso su falso doctorado en leyes supuestamente otorgado por la Universidad de Oxford.

Acusado de desfalcar 360 millones de euros cuando gestionaba la empresa de radiotelevisión, el juez no llegó a imputarle tras un largo procedimiento. Pero fue en el verano de 2008 cuando salió a la luz la verdadera dimensión de la ambición de Kordan. Ahmadineyad lo nombró ministro del Interior y el Parlamento lo aprobó con un margen muy estrecho. Apenas duró en el cargo tres meses.

Las sospechas de varios diputados sobre la capacitación de Kordan para el puesto destaparon la caja de los truenos. Un diploma en inglés macarrónico fue la prueba que el ministro aportó para demostrar su doctorado honoris causa que, según él, le había otorgado la Universidad inglesa de Oxford. El escándalo no había hecho más que empezar. Oxford negó haber concedido ningún título de cualquier nivel a Kordan.

La bola de nieve siguió creciendo y, a nuevas preguntas de diputados reformistas, Ali Kordan tuvo que reconocer que tampoco eran ciertos sus títulos de licenciado y de master de la Universidad Abierta de Teherán. Así, el doctor Kordan, como respetuosamente se le dirigía el presidente Ahmadineyad, pasó a ser aghá Kordan a secas. De todas formas, hasta el final de sus días en el hospital Masihe Daneshvari de Teherán, el ministro de los 90 días defendió siempre su inocencia y siguió culpando a sus ayudantes de todos sus males. Para Kordan, fueron ellos los que le entregaron los diplomas sin que él supiera nunca que eran falsos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 1 de diciembre de 2009