Ahora que se empieza a vislumbrar el tránsito de la recesión a una economía del crecimiento (aunque éste sea anémico) hay que contemplar asimismo la posibilidad de una recuperación sin empleo por bastante tiempo. Además de dar trabajo a los que se han quedado sin él y a los que antes de la crisis ya no lo tenían, hay que contemplar que cada año se incorporan al mercado laboral mundial unos 45 millones de personas, la mayoría jóvenes.
Ante ese panorama, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) acaba de publicar su última cartografía, titulada Informe sobre el trabajo en el mundo. Crisis mundial de empleo y perspectivas, muy útil para analizar algunas de las secuelas de la Gran Recesión. La principal pregunta que se hace es cuándo volverá el empleo a los niveles anteriores a la crisis. Y la respuesta no es optimista, especialmente para los países con un alto PIB per cápita: esa fecha será el año 2013 a menos que se tomen medidas más decisivas para crear puestos de trabajo. Lo que significa que, en materia de empleo, la crisis podría durar entre un lustro y un septenio, dependiendo de cuándo se considere su punto de partida. En los países en vías de desarrollo la situación se reconducirá a los niveles anteriores a la crisis, en el año 2011.
Hasta el año 2013 no se volverá a recuperar el nivel de empleo anterior a la crisis en los países más desarrollados
El informe aporta otras dos circunstancias que sirven para recordar que la existencia del Estado del bienestar no es universal sino que, en el mejor de los casos, lo disfruta la sexta parte de la población mundial: dos tercios de los países sobre los que se dispone de datos carecen de subsidio al desempleo y sólo una tercera parte de los países en desarrollo proporciona alguna forma de protección social a los trabajadores de la economía sumergida y por cuenta propia.
La situación se ha paliado por la adopción de las medidas de expansión de la demanda que con carácter mayoritario se han tomado en el planeta: millones de trabajadores han mantenido sus puestos de trabajo en las empresas gracias a los planes de estímulo, aunque muchos de ellos se encuentren en situación de jornada reducida, desempleo parcial o trabajo a tiempo parcial involuntario. A esto se refería el presidente del Gobierno español, Rodríguez Zapatero, cuando en la presentación del informe de la economía española, el pasado jueves, cifraba en unas 500.000 personas las que se habían mantenido activas gracias al Plan E.
Por ello, concluye la OIT, una retirada prematura de las medidas de estímulo adoptadas como respuesta a la crisis económica podría retrasar por años la recuperación del empleo y hacer que el incipiente repunte de la economía sea débil y parcial. Si se retiran esos estímulos keynesianos, más de 40 millones de personas más podrían abandonar el puesto de trabajo.
También se hace una reflexión sobre la desigualdad: las crecientes presiones para la obtención de más beneficios financieros han afectado de modo negativo a los salarios y la estabilidad laboral.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 13 de diciembre de 2009