Aminetu Haidar está desmostrando que la dignidad de las personas está por encima de cualquier reglamento administrativo y deberían ser precisamente las Administraciones las que tendrían que legislar, para que nunca nadie pudiera ser despojado de sus derechos como ciudadano, y que adquiriere en el preciso momento de nacer. Los intereses territoriales no pueden ser moneda de cambio cuando se pone en grave riesgo la integridad de un ser humano. Los valores que está defendiendo la señora Haidar son los que dan sentido a nuestra existencia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 15 de diciembre de 2009