La agresión a Silvio Berlusconi sacó ayer a la luz la degradación del clima político italiano y el temor a un retorno de la violencia. Izquierda y derecha intercambiaron acusaciones sobre los "instigadores morales" del ataque. "No entiendo tanto odio", dijo Il Cavaliere.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 15 de diciembre de 2009