El Gobierno socialista de Giorgios Papandreu ha anunciado un drástico plan de austeridad para afrontar el descontrol de las cuentas públicas que situará este año el déficit en el 12,7% y la deuda en el 112,6% del PIB. Las medidas más comprometidas implican un recorte del gasto de la Seguridad Social del 10% y la congelación de los salarios de los trabajadores del sector público superiores a 2.000 euros al mes. El ajuste prevé también reducir un tercio de todos los empleos temporales del sector público y sólo sustituir a uno de cada cinco trabajadores de este sector que se jubilen a partir de 2011.
En el campo de los ingresos, Papandreu propone la introducción de una única escala fiscal progresiva para todas las rentas que alcanzaría el 45% para los ingresos superiores a 75.000 ó 50.000 euros. También prevé la reintroducción de una tasa fiscal progresiva a las grandes propiedades, herencias y donaciones. Las remuneraciones de los consejeros de las empresas públicas se reducirán a la mitad y los bonos de los ejecutivos de los bancos privados sufrirán un impuesto del 90%.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 20 de diciembre de 2009