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CARTAS AL DIRECTOR

Caballo loco

Cuando se me ha pasado la risa tras leer la escalofriante descripción que en su artículo, Jaque a los antitaurinos, hace Eugenio Suárez del entrenamiento de los caballos de carreras (encerrados según él por los desalmados preparadores en un cubículo donde apenas pueden moverse y enloquecen, sin más alivio que la compañía de un perrito o un mono... ¡uf!) me ha entrado un poco de tristeza: probablemente muchos de quienes se oponen a la lidia tienen conocimientos igualmente erróneos y disparatados de la vida del toro bravo.

A golpe de ignorancia no se puede proteger a los animales... Ni a los humanos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 22 de diciembre de 2009