La abstención del PSE, prevista en virtud del acuerdo de estabilidad institucional firmado con el PNV, facilitó ayer la aprobación del nuevo presupuesto de Vizcaya. La Diputación gestionará el próximo año 6.827 millones de euros, un 12% menos que en el ejercicio actual debido a la caída de la recaudación. Las cuentas fueron aprobadas con el único apoyo de los jeltzales y pese al voto en contra de PP, EB y los representantes del grupo mixto. La sesión sirvió también para dar el visto bueno a la reforma fiscal que incluye la eliminación de la deducción de los 400 euros para las rentas superiores a 20.000 anuales y el aumento de tributación de las Sicav del 1 al 28%.
El balance fija un endeudamiento máximo de 110 millones de euros con el objetivo de no paralizar ningún proyecto estratégico para el territorio. Casi la mitad del dinero, sin embargo, se destinará al departamento de Acción Social para que la recesión "no la paguen los más débiles", según justificó ayer el diputado general, José Luis Bilbao, quien valoró la postura del partido socialista. "2009 ha sido un año muy malo en lo económico, aunque lo cerramos con la esperanzadora aprobación de unos presupuestos austeros y centrados en el gasto social", destacó.
El área de Acción Social absorbe casi la mitad del dinero disponible
Pese al previsible resultado, el debate fue intenso en la Casa de Juntas de Gernika. El PP definió el presupuesto como "malo" y consideró que "de poco va a servir para mejorar la calidad de vida de los vizcaínos". Su portavoz, Nerea Llanos, advirtió que la Diputación tiene previsto gastar más en ordenadores que en atención a la infancia o las víctimas del maltrato y criticó al PNV por centrarse en buscar el apoyo del "socio más barato".
Los portavoces de EB y el grupo mixto, por su parte, acusaron al gobierno de aplicar "el rodillo" al aceptar únicamente tres de las 604 enmiendas presentadas, todas del PSE. Especialmente significativo fue el voto en contra de EA, tras diez años ininterrumpidos de apoyo a las cuentas, al considerar que en esta ocasión han sido pactadas "lejos" de Euskadi.
Durante las explicaciones posteriores a la emisión del voto, los socialistas definieron su abstención como una "actitud responsable", al considerar que "la estabilidad presupuestaria redunda siempre en beneficio de los ciudadanos", si bien mostraron su disconformidad con unas cuentas que tacharon de "insuficientes" para hacer frente a la crisis.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 24 de diciembre de 2009