La causa de la indigestión o del empacho es el consumo excesivo de alimentos con alto contenido en grasa y muy condimentados. Si a ello le sumamos el alcohol, la irritación para el estómago será la norma. Los excesos de las comilonas tienen sus consecuencias, desde los empachos, la esofagitis aguda por reflujo o la acidez, hasta la gastritis, dolor de estómago, las náuseas y vómitos. Incluso hemorragias digestivas. La pancreatitis aguda y la hepatitis alcohólica pueden ser graves. Sin olvidar los accidentes de tráfico y la violencia de la ebriedad.
Las grandes comilonas de las fiestas pueden llegar a aportarnos entre un 30% y un 50% más de las calorías necesarias, que se nos acumularán en forma de grasa. Para compensar los excesos gastronómicos de estas fechas, le proponemos hacer algo de ejercicio. Pasear con pareja o amigos, o bailar hasta el amanecer, puede resultar sano y divertido.
Otro de los problemas en las comidas navideñas es el exceso en el aporte de sal que acompaña a mariscos, embutidos, carnes y salazones. El truco para que la comida tenga sabor es utilizar sabiamente todo tipo de especias, junto con el limón, ajo y cebolla, y licores (coñac, whisky) para las salsas. Frotar la carne con ajo antes de cocinarla también le aporta sabor.
Sin duda, el consumo de turrón y de otros dulces típicos es inevitable en Navidad. Pero, debido a su alto contenido energético, hemos de tener cuidado de no excedernos en cantidad. Por termino medio, aportan unas 500-550 kcal. por 100 g.
El brindis con cava o champán es obligado en Nochevieja. Pero la ingesta excesiva de alcohol es perjudicial: carece de nutrientes y añade calorías vacías. Así, una copa de cava son 65 kcal.; un vaso de vino tinto, 80 kcal.; 30cc de whisky, ginebra o coñac son unas 75 kcal. Además, el alcohol favorece el reflujo del ácido y es irritante para el estómago. Todo ello sin contar sus efectos sobre la conducción. El alcohol es especialmente dañino para los adolescentes.
Pero se puede disfrutar de las fiestas sin llegar al exceso. La clave es no abusar, lo cual no significa no disfrutar. Ya lo dice el refrán: "Lo bueno, si breve, dos veces bueno". Tome nota de estos consejos:
• No compre en exceso, no se deje llevar por la presión publicitaria.
Si le espera una gran cena, prevéngase con un almuerzo ligero.
Tome una infusión después del banquete.
No se acueste con el estómago lleno.
Son preferibles las carnes magras (pollo, pavo, etc.), ya que contienen menos grasa.
Las frutas típicas de Navidad son la piña y la uva. La primera mejora la circulación sanguínea y es muy diurética. La uva, por su parte, resulta muy beneficiosa.
Ideas saludables
PRIMEROS:
• Cóctel gambas, lechuga, salsa rosa y piña.
Ensalada caliente de lombarda con castañas y manzana.
Mejillones marinera.
Brocheta de cigalas, champiñones, tomates cherry, espárragos.
Langostinos o gambón a la plancha con limón.
Sopa de pescado y marisco.
Cardo con salsa de piñones.
Setas plancha.
Ensalada de ahumados.
Salpicón de marisco.
SEGUNDOS:
Pularda o pavo relleno al horno (relleno: pasas, piñones, trufa, pimienta, perejil, canela y vino); guarnición: tomates asados.
Besugo al horno.
Salmón al horno sobre un lecho de patata y calabacín.
Cordero asado.
POSTRES:
Piña natural.
Sorbete de limón con cava.
Hojaldre de manzana al horno.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 27 de diciembre de 2009