El presidente del Real Club Celta, Carlos Mouriño, consiguió sacar adelante con holgura la reducción de capital social del club por valor de casi 19 millones de euros y las cuentas del año próximo. El presidente presentó la operación como una medida necesaria para reestablecer el equilibrio económico entre el capital y el patrimonio neto de la sociedad deportiva, al disminuir las pérdidas al mismo tiempo que el valor de las acciones. El reparto del Celta queda ahora en manos de Mouriño, con casi un 30%, Caixanova, con el 24% y el grupo sindicado de acreedores, un colectivo que agrupa a varios ex futbolistas que se opusieron radicalmente a las medidas y que tienen un paquete del 13%.
Fue una junta tensa, con constantes cruces de acusaciones entre el grupo sindicado y Mouriño, que les recriminó "haber puesto en peligro", la salida del proceso concursal. Los opositores, por su parte, amenazaron con impugnar la reducción aprobada ayer, que calificaron de "estafa". Apenas se mencionó el nombre de Horacio Gómez, anterior presidente del Celta, al que los administradores concursales hicieron responsable directo del agujero económico del club.
La reunión se prolongó durante más de cuatro horas y a la misma asistieron 81 accionistas en representación del 77% del capital social.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 29 de diciembre de 2009