Es curioso esto de la seguridad aérea. No se nos permite subir a un avión con una botellita de agua, o de colonia, o una crema cosmética. Pero se les cuela un tipo cargado de explosivos. Una de tantas incongruencias. Del mismo modo, no se nos permite encender el teléfono móvil porque "puede interferir gravemente con los instrumentos de navegación", cosa bastante increíble, por cierto. Pero ¿alguien me puede explicar cómo evitar que un terrorista suba a un avión cargado con media docena de móviles (apagados, claro) y los encienda en pleno vuelo? Todo suena a mentira y/o incompetencia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 29 de diciembre de 2009