Estado en que quedó el coche de Carlos Sainz en 2009 / AFP
Menos kilómetros, pero más duros
Mientras los aficionados melancólicos miran de reojo a África, suspiran por el lago Rosa y cruzan apuestas acerca de cuándo el Rally Dakar podrá volver a su hábitat natural -Senegal, Mauritania y otras dunas-, los argentinos y chilenos dan brincos de alegría por alojar por segundo año consecutivo la carrera por etapas más dura del mundo del motor.