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Uriarte pide a los sacerdotes que su comunión con Munilla sea "recíproca"

En una despedida conciliadora, les reclamó "unidad" con el nuevo obispo

Los sacerdotes de San Sebastián demostraron ayer estar estrechamente unidos a su obispo Juan María Uriarte. Los mismos que han levantado una voz muy crítica contra el nombramiento de su sucesor, José Ignacio Munilla, dedicaron un largo aplauso al prelado que ha dirigido los destinos de la iglesia guipuzcoana durante los últimos diez años. Uriarte quiso despedirse de los presbíteros de la provincia -asistieron cerca de 200 párrocos y sacerdotes- con una misa "en familia" celebrada en el Seminario de la capital guipuzcoana.

El obispo saliente cerró la homilía apelando a la "unidad" de toda la comunidad eclesial y de sus miembros. No hizo ninguna referencia al revuelo que ha generado la designación de Munilla para ocupar su puesto, pero acabó el sermón solicitando lo siguiente a los sacerdotes: "Que vuestra comunión con todo el pueblo de Dios, entre todos los sacerdotes y con el obispo sea ahora y siempre adulta, recíproca y creciente. Amén".

"Que la comunión entre sacerdotes y con el obispo sea recíproca y creciente"

El mensaje apaciguador de Uriarte contrastó con los comentarios que, ayer mismo dentro del templo, algunos curas realizaban en privado sobre la llegada de Munilla. "Vienen tiempos muy duros", admitía uno de los asistentes. Recientemente, en un gesto sin precedentes, 85 de los 110 párrocos de Guipúzcoa firmaron un escrito en el que consideraban que el próximo obispo "no es en modo alguno la persona idónea" para desempeñar el cargo que le ha asignado el Papa. Ahora bien, durante el momento de las plegarias, los sacerdotes pidieron por Munilla, para que "el espíritu de Dios le ilumine y le fortalezca".

Uriarte no hizo ninguna referencia expresa a Munilla. No citó su nombre. Como ha repetido en sus últimas apariciones públicas, empleó un tono conciliador, buscando sobre todo la paz en el seno de la iglesia guipuzcoana. "La unidad es siempre un don y una tarea realizada a medias. El deseo de unidad consumada es un anhelo inscrito en el corazón mismo de la comunidad eclesial y de sus miembros", les transmitió durante la eucaristía. También les recordó que "los ministros del Evangelio tienen la misión de ser signo y estímulo de la unidad del pueblo de Dios".

Los sacerdotes de Guipúzcoa le obsequiaron, antes de finalizar el presbiterio, un crucifijo de alabastro como señal de agradecimiento a su labor al frente de la diócesis. Uriarte, quien al finalizar la misa compartió una comida con los clérigos de la provincia, tiene previsto celebrar el próximo sábado en la catedral del Buen Pastor una eucaristía para despedirse de todos los fieles. Munilla estrenará su nuevo cargo con una misa el día 9 de enero.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 31 de diciembre de 2009