Dos periodistas ingleses, de la alta burguesía, se pasearon por la Guerra Civil española como espías ideologizados en los presupuestos del comunismo soviético. Esa anécdota histórica ha sido utilizada por el siempre interesante dramaturgo Ernesto Caballero para hablar, no tanto de esta contienda, que también, sino de otras muchas cosas, como el papel que jugaron los países europeos en ella. La obra, En la roca, se desarrolla en el bar de un hotel gibraltareño, recreado por el escenógrafo Nicolás Bueno con inteligencia, donde el director Ignacio García convierte a los espectadores en voyeurs de una intensa noche de alcohol, amistad, lucha, violencia, idealismo, esperanzas, miedos, desengaños... Para este viaje sobre la mirada de dos personajes ajenos, al tiempo que testigos de excepción e involucrados hasta lo más profundo en hechos fundamentales para la Europa del siglo XX, dos actores jóvenes, versátiles, brillantes y creíbles: Chema León y Eloy Azorín. Una interesante reflexión poliédrica y llena de teatro. Para no perdérsela.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 3 de enero de 2010