El de ayer fue el último día festivo de estas navidades con los comercios abiertos en Barcelona. Quedan todavía por concretar regalos de Reyes y muchas personas dieron rienda suelta a su fiebre compradora. Tanto, que las grandes superficies se mostraron satisfechas por el grado de ventas registrado. Otras personas, como el joven de la fotografía, que se refleja en un espejo del interior del autobús aparcado en el Portal de l'Àngel, optaron por la solidaridad donando sangre, mientras la calle bullía de compradores potenciales.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 4 de enero de 2010