La llegada a Valencia de las dos embarcaciones que competirán el próximo mes de febrero por la Copa del América en su 33ª edición ha resultado ser la declaración de intenciones más evidente de los últimos dos años y medio, en que la prueba náutica se movió de sentencia en sentencia, en lugar de hacerlo en el mar, de regata en regata. Al fin, tras acuerdos fallidos y su eterna disponibilidad, las instituciones valencianas tienen la seguridad total de que la competición se celebrará en sus aguas.
El catamarán del equipo suizo Alinghi, el defensor, y el trimarán -de tres cascos- del norteamericano BMW-Oracle, ya están en el puerto valenciano. El segundo fue el primero en tomar tierra. La enorme embarcación llegó en el carguero Oceanlady, que lo transportó desde San Diego (Estados Unidos), y será montada en los próximos días. El Alinghi 5 se mudará a su base en la dársena del puerto valenciano entre hoy y mañana. Llegó a bordo del Cassandra B en la tarde de ayer tras 14 días de travesía desde Ras Al Jaima (Emiratos Árabes), donde los suizos querían llevar la competición. Los primeros entrenamientos serán a mediados de mes.
Entretanto, y para no fallar a lo que ha venido siendo una tónica habitual desde que empezara a perfilarse esta 33ª Copa, siguen quedando temas por resolver. Como las fechas o la duración de la prueba. Aunque se habló de alargarla a un máximo de cinco o siete regatas, en lugar de a tres, de momento nada se sabe. Tampoco respecto a la petición de las instituciones de arrancar el viernes 12 de febrero, en lugar del lunes 8, de acuerdo con la sentencia judicial. Mientras los equipos no acuerden ningún cambio, las regatas empezarán el día 8. Y la Copa la ganará el mejor en un cara a cara a tres regatas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 5 de enero de 2010