Cambio de obispo en San Sebastián y revuelo en el clero vasco dado el carácter "conservador" (entiéndase, poco nacionalista) del nuevo prelado. Y yo que pensaba que lo progresista era, al menos desde Diógenes, el cosmopolitismo, la aldea global, la abolición de fronteras, la defensa ilustrada de lo humano genérico frente a la exaltación de la diferencia. Lo conservador, el apego patológico al terruño, el levantar diques, vallas y murallas en lindes imaginarias, la defensa de la raza. Me equivocaba: nada hay tan progresista como 12 jóvenes abertzales portando la ikurriña ataviados con la boina y el traje tradicional vasco.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 7 de enero de 2010