Vampire Weekend aparecieron dos años atrás con la suerte de ofrecer un mensaje fresco en tiempos espesos. Y con la inteligencia para parecer mucho más listos que los demás (y que incluso ellos mismos), convenciéndonos de que su mezcla de indie pop con ritmos africanos era algo mucho más complicado de lo que realmente era. Aquel debut es una de las mejores referencias de la segunda mitad de la década. Es este Contra un disco incluso más vivo que su debut, un álbum que flirtea con la posmodernidad y la madurez sin terminar de rendirse a nada más que su propia magia, que es aquella que permite que en la misma canción oigas a Stuart Murdoch y a Peter Gabriel, pero sólo reconozcas a Vampire Weekend, una banda que ya no necesita la suerte absolutamente para nada.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 8 de enero de 2010