"Oiga, ¿cómo se recupera la confianza?" La pregunta se la hacen a Rafael Nadal una fría tarde de noviembre, cuando aparece eliminado en la Copa de Maestros de Londres, camino ya de firmar tres derrotas en tres partidos. "¡Ése no es un gran problema!", contesta sonriente. "Pienso que sin jugar muy buen tenis he tenido mis oportunidades contra los mejores del mundo. Así que eso no me asusta (...) Cuando la temporada empiece en 2010, probablemente juegue en superficies un poco más favorables para mí. Así, entrenándome bien, trabajando mucho, es como lo hago yo. Ése es el único camino para mejorar esta situación. Es lo que he hecho toda mi vida: trabajar", cierra. "Entonces, ¿nada de vacaciones?", le insisten. "Estoy preparado. Tengo la meta de sentir que estoy jugando de nuevo a mi mejor nivel. Y cuando uno tiene esa meta, esa motivación, da igual si está cansado o no". La meta ya tiene lugar, fecha y hora. Está en la final del torneo de Qatar, hoy y a las 15.30 (Eurosport): Nadal busca su primer título desde mayo de 2009 (Roma) contra Davydenko, verdugo de Roger Federer (doble 6-4).
"¡Buena!", chilló Nadal a modo de felicitación, tras perder un punto en la semifinal que ganó a Troicki (6-1 y 6-3). El número dos del mundo ha lanzado un revés cortado que dio tiempo a que Troicki suelte un zambombazo. El cortado, sin embargo, vuelve a ser una excepción, un recurso con el que ganar tiempo para recuperar espacio en la pista, y no la invitación frecuente al martillazo que el español extendía a los pegadores a finales de 2009. Hay en eso otras razones: piernas ligeras y gran agresividad con la derecha desde el primer golpe. En la Copa de Maestros, Nadal jugó menos del 25% de los puntos por delante de la línea de fondo. Ayer jugó en esa posición el 34%.
¿Vuelve Nadal a ser Nadal? Ésa pregunta la responde hoy Davydenko, que ayer logró su segunda victoria seguida contra Federer: metió el ciento por ciento de sus primeros saques en la primera manga y, observado por el español desde la grada, corrió como si llevara ruedines. "He vuelto a mi mejor nivel", dijo Nadal. Hoy se acaban las dudas. Hoy, ante el temible número seis, Nadal, el campeón del Abierto de Australia, que arranca el día 18, sabrá si va a Melbourne como favorito.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 9 de enero de 2010