El jeque Issa bin Zayed, miembro de la familia real que gobierna Abu Dabi y Emiratos Árabes Unidos, fue absuelto ayer de los cargos de tortura y violación de un comerciante afgano, un caso que puso en la picota a ese emirato del Golfo y dejó en evidencia los abusos de los derechos humanos de los trabajadores extranjeros.
Un vídeo, difundido el año pasado por una televisión estadounidense, muestra que el jeque Bin Zayed participó personalmente en las torturas infligidas en 2004 a Mohamed Shahpoor (descargas eléctricas, golpes con una tabla con clavos, violación y atropello) por haber perdido un cargamento de grano, por valor de 3.400 euros, que pertenecía al jeque. El hombre sobrevivió de milagro.
La defensa adujo (y el juez lo ha tomado en cuenta) que Bin Zayed, "víctima de una conspiración", fue "drogado" y no era consciente de sus actos. Tres de los participantes en las torturas (todos extranjeros) han sido condenados a penas de entre uno y tres años de cárcel. Tras el fallo, el jeque besó en la frente a su letrado y salió sonriente del tribunal. La fiscalía no ha aclarado si apelará.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 11 de enero de 2010