La nueva etapa de Aguas de Barcelona (Agbar) se estrenó ayer con la luz verde de sus accionistas a la exclusión de la cotización en Bolsa de la compañía, anclada en el parqué desde 1920, y el sí a la venta de la aseguradora sanitaria Adeslas. El primer accionista del histórico grupo catalán es ya Suez Environnement, aunque en el capital se mantendrá como socio Criteria (La Caixa), con entre el 15% y el 25% de las acciones, y poder de veto en cuestiones estratégicas. La orientación de Agbar se centrará ahora en el agua y el medio ambiente.
El fogueo de la cúpula de Agbar con los pequeños accionistas tuvo momentos de interés: el director general de Suez Environnement, Jean Louis Chaussade, puso de su parte para ganarse a la audiencia al decir unas palabras en catalán. Prometió "continuar y consolidar el desarrollo de Agbar manteniendo su arraigo catalán y, por supuesto, su sede en Barcelona". Chaussade deslizó que "se apoyará" en el equipo directivo actual, que lidera Ángel Simón, aunque el repliegue de Criteria augura un cambio en la presidencia, que hoy desempeña el vicepresidente de La Caixa Jordi Mercader. Mercader no aludió al tema. Sí dijo que Agbar resultará "reforzada" y deseó que Suez Environnement impulse el negocio, con apoyo de Criteria.
Algunos pequeños accionistas intervinieron para criticar la venta de Adeslas, la exclusión de Bolsa y, sobre todo, el precio que se les paga por sus títulos, que suman el 10% del total: 20 euros por acción. Los representantes de Suez Environnement, Criteria y Agbar tuvieron que defender esta valoración, respaldada por los bancos de inversión JP Morgan y Citigroup, y criticada por la Asociación Española de Accionistas Minoritarios de Empresas Cotizadas (AEMEC). En una oferta anterior sobre el capital de Agbar, el precio se fijó en 27,65 euros. Pero el precio medio de los seis meses previos al acuerdo Suez-Caixa no pasó de 16,60 euros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 13 de enero de 2010