Si avisan para que no salgamos a la carretera porque se avecinan grandes nevadas y me quedo tirado, el responsable es el Gobierno, aunque yo salga sin cadenas.
Si compro unos sellos que dan un increíble 10% de rentabilidad y el invento se viene abajo, el responsable es el Gobierno.
Si faeno en aguas prohibidas y me capturan los piratas, el responsable es el Gobierno.
Si me quedo enriscado en la montaña a 7.000 metros, el responsable es el Gobierno.
Nadie es responsable de sus actos, para eso está el Gobierno, sea del color que sea.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 14 de enero de 2010