El pequeño municipio de Carratraca, a 50 kilómetros de Málaga, vive una situación política insólita. El que ha sido alcalde durante más de 10 años, Óscar Román, de IU, dimitió ayer en un pleno extraordinario. Román, que permanecerá en la corporación como concejal, se niega a dar curso a un centenar de expedientes sobre irregularidades urbanísticas cometidas por sus vecinos, muchos de las cuales pueden desembocar en fuertes multas o en órdenes de demolición de viviendas. El municipio se quedará de momento sin alcalde, ya que los otros dos ediles de IU rechazan el puesto y los concejales de PP y PSOE, en la oposición, no han decidido todavía qué hacer.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 20 de enero de 2010