La feria turística Fitur, que hoy comienza en Madrid, cerró el año pasado el 1 de febrero. Cinco días después, la policía buscaba, por orden del juez Baltasar Garzón, los contratos de adjudicación del pabellón valenciano en las dependencias de la Consejería de Turismo, en Valencia. Era el inicio del caso Gürtel, que ha puesto al PP contra las cuerdas y, muy especialmente, al presidente valenciano, Francisco Camps, a quien la trama corrupta de la que formaba parte la empresa Orange Market, adjudicataria del pabellón de 2005 a 2009, regaló trajes.
Camps estará hoy en Fitur acompañado por la presidenta de las Cortes valencianas, Milagrosa Martínez, que era consejera de Turismo en 2005, cuando se otorgó el primer contrato a Álvaro Pérez, El Bigotes, gerente de Orange Market y hombre de confianza del PP valenciano y del líder de la trama de Francisco Correa, actualmente en prisión.
El pabellón valenciano, por el que Orange Market cobró 5,5 millones (1,1 millones en 2005; poco más de un millón en 2006, 2007 y 2008, y 915.000 euros en 2009), ha cambiado de adjudicatario. Ahora es Montoro Ortega Rubio, aunque siga siendo el mismo subcontratista el encargado del diseño. Eso sí, es más barato: cuesta 814.789 euros. Como destacó el portavoz socialista, Ángel Luna, las denuncias de corrupción han ahorrado a los contribuyentes un 30,5% respecto a la media de lo que cobraba la trama.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 20 de enero de 2010