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Necrológica:

Kamal Mehsud, cantante paquistaní de folclore pastún

Los talibanes le amenazaron por defender una religión tolerante

Kamal Mehsud lamentaba la muerte de la música en Waziristán, la región pastún de Pakistán donde había nacido en 1949. Ahora, quienes aman la música lloran su repentina desaparición en un accidente doméstico que a los suyos no deja de despertarles sospechas. Kamal, como era conocido en el mundo artístico, estaba amenazado por los extremistas talibanes, a quienes molestaba que cantara a la paz.

El artista, al que el diario Frontier Post calificó de "leyenda de la música pastún", sucumbió a las quemaduras que sufrió en su domicilio de Islamabad el pasado 2 de enero. De acuerdo con ese diario, que se publica en Peshawar, capital de las regiones pastunes de Pakistán, el accidente se produjo cuando Kamal fue a encender una vela debido a uno de los habituales apagones que sufre el país. Al parecer había un escape de gas y la mecha provocó las llamas que le quemaron el 50% del cuerpo.

Cinco días después moría en el Pakistan Institute of Medical Sciences (PIMS). Sin embargo, sus allegados no terminan de creer que un corte del suministro eléctrico matara a Kamal. "Su esposa tiene algunas sospechas", ha confiado a este diario un amigo de la familia.

Tal como él mismo relató a EL PAÍS en noviembre del año pasado, el cantante se vio obligado a abandonar Waziristán en 2005 debido a las amenazas de los talibanes. Su militancia a favor de una religión tolerante y de la paz le había llevado a grabar algunas canciones contra el extremismo. El Ejército distribuyó gratuitamente sus casetes, lo que desencadenó la furia de los radicales islamistas y su autoexilio.

"Me agobia la constante supresión de los artistas. Además, el desgobierno alienta el miedo y la frustración", denunciaba desde Islamabad, donde se había instalado con su familia. Pero ni siquiera en la capital se sentía seguro. Cambiaba de casa cada poco y la ofensiva militar contra los talibanes en Waziristán del Sur se había traducido en nuevas amenazas. "Tengo miedo. No salgo a la calle. Por mucho que cambie de casa, cualquiera puede encontrarme. Ya ve que no tengo ninguna protección", confesó a esta corresponsal.

Pero más allá de su situación personal, se preocupaba porque "la gente está olvidando su folclore y los bailes tradicionales". Ojalá que sus seguidores no olviden a Kamal.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 22 de enero de 2010