Los vecinos del edificio derrumbado el pasado 21 de enero en la calle de Mariano Fernández (Tetuán) acuden desde el lunes a una escombrera para buscar las pocas pertenencias que han sobrevivido al siniestro.
El Samur Social, a petición de los propios afectados, accedió a organizar el traslado de los escombros de sus casas a una antigua cochera de la EMT en la calle de Bravo Murillo.
"No hay nada. Lo único que se puede encontrar son cosas de valor sentimental y algún papel: una foto, algún documento, un título...", decía al salir del solar Jesús Águeda, presidente y portavoz de la comunidad vecinal.
La alegría que les provocó a los afectados poder salvar la vida el día del derrumbe, del que se libraron al desalojar el inmueble diez minutos antes de su desplome, se torna en escenas de lágrimas y desesperación cuando ven hechos añicos lo que queda de sus vidas y recuerdos. No saben cuánto tiempo les dejarán seguir buscando entre los restos de cascotes.
A Mercedes, una transeúnte que observa desde la valla cómo las desafortunadas víctimas rebuscan en la basura, se le cae el alma a los pies: "La imagen es dantesca. Nadie quisiera verse en ésas".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 27 de enero de 2010