Fue el primer gran plan de vivienda municipal pública en el Madrid democrático. Nada menos que 10.000 pisos. Y para conseguir desarrollar el proyecto en 15 de los 21 distritos de la capital se utilizó una fórmula extinguida ya en España: el Ayuntamiento sacaba a concurso unas 100 parcelas para cooperativistas, que luego tendrían que construir y pagar de su bolsillo los pisos. Ahora, tras años de polémicas y peticiones de los residentes, el Ayuntamiento permitirá que compren sus domicilios por un precio que, en el caso de una vivienda (en realidad, compran el suelo donde está edificada) de unos 70 metros cuadrados con garaje incluido, rondará los 27.000 euros más IVA. Un importe reglado por los precios del mercado de vivienda protegida.
Las condiciones originales, las que impuso el Consistorio cuando se construyeron los primeros pisos en 1984, eran que pasados 75 años la propiedad revertía en el Ayuntamiento. Pero eso cambió en 1992, cuando el pleno del Ayuntamiento les otorgó derechos a los inquilinos. Sin embargo, si querían vender su vivienda debían aprobarlo por unanimidad en la comunidad de vecinos. Algo sumamente complicado en el guirigay que suelen ser y que desembocó en la enajenación de sólo ocho parcelas.
Tras años de reivindicaciones, el Ayuntamiento ha accedido ahora a que los pisos se puedan comprar de forma individual. Para su venta, el terreno se valorará teniendo en cuenta los módulos vigentes en materia de vivienda protegida, siempre que se trate de pisos, plazas de garaje vinculadas, anejos y demás elementos incluidos en las calificaciones definitivas de protección oficial.
Eso también significa que si los futuros propietarios quieren vender su piso, deberán hacerlo también según los precios estipulados en el mercado de vivienda protegida. Es decir, que en ningún caso podrán beneficiarse económicamente del bajo precio que han pagado por quedarse con los derechos de sus viviendas.
"Era un tema bastante insostenible e injusto. Pagaron el edificio y quieren ser propietarios. Finalmente, podrán serlo", explica la coordinadora general de Urbanismo, Beatriz Lobón.
El dinero vendrá bien a las famélicas arcas municipales. Si se vendieran el 100% de los pisos, el Ayuntamiento calcula que puede ingresar unos 100 millones de euros.
Ahora será el Consistorio el que inicie el proceso de enajenación, remitiendo a cada inquilino una notificación. Empezarán los envíos durante el primer trimestre de este año.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 29 de enero de 2010