Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
CARTAS AL DIRECTOR

Pierde la mujer afgana

Sin duda, una de las consecuencias de aquel 11-S fatídico fue la cruzada antitalibán. Cuando se logró echar a los talibanes del poder en Afganistán, el mundo entero se felicitó de aquella decisión y nadie puso objeciones. Por el camino, la cuestión más propagandística, recurrente y que más se vendió desde la ONU y los países que intervenían fue la democratización de la sociedad afgana y la recuperación de los derechos de la mujer, completamente invisible en el mundo talibán.

Pues bien, casi nueve años después de aquella intervención, vemos atónitos cómo ninguno de los objetivos se ha cumplido; las últimas elecciones fueron un pucherazo manifiesto y la promesa de Karzai de repetirlas está congelada; el 70% del PIB afgano está supeditado a la venta del opio, manejada a su antojo por los señores de la guerra de turno.

Y la situación de la mujer sigue igual o peor que con los talibanes; eso sí, ahora con un presidente elegido democráticamente y con la anuencia de la comunidad internacional. Me sorprende ver a Angela Merkel proponiendo la reinserción de los talibanes en la política afgana sin ninguna contrapartida a la ONU. La mujer afgana es la que más ha perdido en esta guerra, no tenía nada y ahora, en aras de una falaz e hipotética "compra de la paz", le volvemos nuevamente la espalda.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 29 de enero de 2010