La sesión parlamentaria de ayer registró sus momentos de regocijo, propiciados quizá por la cercanía física del espacio de una sala de comisiones. Los más celebrados corrieron a cargo del portavoz peneuvista, Joseba Egibar, quien en su discurso sobre el problema identitario, a su juicio pendiente, acusó al Gobierno actual de querer convertir a los vascos en "truchas de vivero; todas saben igual".
El lehendakari le respondió que, puestos a elegir, prefería "los peces de colores" y, mejor que en una piscifactoría, libres "en el mar". Gorka Maneiro, de UPyD, recurrió también a la metáfora para considerar que el ejemplo de Egibar haría descender un escalón más a los no nacionalistas sobre la condición de "alemanes en Mallorca" que en su día les adjudicó el ex presidente del PNV Xabier Arzalluz.
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Egibar ya había ironizado antes sobre la posición del lehendakari en la cuestión, al caracterizarle como "un enviado de la ONU, experto en resolución de conflictos, con casco azul", que evitaría el problema negando su existencia al teorizar que hay en Euskadi tantas identidades como ciudadanos. En su última escaramuza, el portavoz peneuvista sugirió a López que mirase en su cartera, en referencia al DNI, para ver cuál es su identidad. El lehendakari zanjó que éste recoge "la nacionalidad" y que "no hay carné capaz de recoger la identidad de nadie".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 29 de enero de 2010